jueves, 7 de enero de 2016

REINA MAGA

Confieso que en el tema de la Cabalgata de Reyes me he `puesto de parte de los que podríamos llamar tradicionales. No acabo de entender eso de “modernizar las tradiciones”, que me suena mucho a contradicción. No entiendo que tenga que haber una Reina Maga, como tampoco entendería que en el Rocío sacasen a pasear a un “Blanco Palomo”. Pero una cosa es ser tradicional y otra muy diferente ser tradicionalista, como bien sabemos en España; y me da la fuerte sensación de que La Caverna está utilizando muy torticeramente el asunto de La Reina (Maga). Ese tuit de Cayetana Álvarez de Toledo, por poner el ejemplo más llamativo, me ha llegado al alma. Resulta que a su hijita se le ha chafado toda la ilusión de la Navidad porque el traje de los Reyes no le parecía “de verdad”. ¡Qué pena! ¡Qué modo tan cruel de jugar con los sentimientos de los niños! En fin, que manipulación tan burda la de Doña Cayetana.

Cuando yo era pequeño me fijé una vez en los zapatos de aspecto sospechosamente moderno que llevaba un rey Melchor. Recuerdo perfectamente aquellos zapatones negros que contrastaban tanto con todo el colorín colorao, el oropel y el armiño de aquel traje de Rey Mago “de verdad”. No recuerdo la explicación que me dieron mis padres, pero si sé que aquellos anacrónicos zapatos no me estropearon nada. Aquella noche yo puse mis propios zapatos en la puerta de mi habitación en la seguridad de que los Reyes Magos, llevasen el calzado que llevasen, me dejarían los tres juguetes y el libro de todos los años. Es verdad que los trajes que llevaban los Reyes en la Cabalgata de Madrid eran un poco como de Agatha Ruiz de la Prada ¿y qué? ¿Quién podría certificar la “veracidad” de los trajes de Rey Mago? Ay, ay Doña Cayetana, que se nos agarra usted a un clavo ardiendo.

No me ha gustado esa respuesta de Carmena, eso de modernizar las tradiciones, pero tampoco entiendo que toda esa gente tan indignada proteste tanto ahora y no lo haya hecho cuando en las cabalgatas han ido apareciendo Mickey Mouse, o los teleñecos, o cualquier otro personaje de dibujos animados. No sé ahora, pero en mi infancia no se sabía nada de que los Reyes fuesen a adorar al Niño acompañados de los tres cerditos, ni que Bugs Bunny se acercase al pesebre y le dijese a San José, así en plan coleguita, su famoso “¿Qué pasa, Doc?”. Y sin embargo todos esos personajes han ido apareciendo cada vez con más frecuencia en la Cabalgata sin que a los hijos de Doña Cayetana, ni a sus amiguitos, se les joda la ilusión ni nada.

Repito que me parece una mamarrachada eso de la Reina Maga, pero en honor a la verdad hay que decir que la única referencia a los Reyes Magos en los Evangelios Canónicos está en Mateo (2, 1), en la que no se dice si eran tres o trescientos. Lo que dice el evangelista es que “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos”. Ya sé que es rizar el rizo, pero ese “unos” puede incluir hombres y mujeres según las reglas gramaticales españolas. Yo opino que si la tradición centenaria en España es que los Reyes eran tres hombres, es absurdo modernizarla con una reina. Una cosa es una mujer vestida de Rey Mago, que se ha hecho mil veces, y otra muy distinta una Reina Maga. Pero no nos aferremos tanto a lo que “ha sido siempre” porque resulta que los Reyes son tres hombres solo porque lo decidió el Papa León I, y en algunas tradiciones católicas, como la Armenia, son ni más ni menos que doce.

Yo a Doña Cayetana le recomendaría que viniese el año que viene a ver la Cabalgata de Renedo, que esa sí que está modernizada desde hace años sin que nadie diga ni pío. Aquí sí que se curarían de espanto su hijita y ella. En Renedo desfilan unos camionones enormes, adornados con lo primero que se les pasa por la cabeza a los organizadores, pero todo o casi todo sin relación alguna no solo con los Reyes, sino con la Navidad en general. Restos del carnaval o de cualquier otra fiesta, bailarinas, hadas… lo que sea. Y todo ello con un estruendo de bocinas que deja a los niños tan aterrorizados, con tantas ganas de marcharse de allí pitando, que de lo que menos se acuerdan es de perder la ilusión por la Navidad. Y cuando no suenan las bocinas, suenan los últimos éxitos de la música ratonera y, todo hay que decirlo, algún villancico que otro. De ese modo ha venido respetando la tradición el Ayuntamiento de Piélagos mientras ha gobernado el PP, y así se sigue respetando ahora que gobierna el PSOE.

España es un país de trincheras y de banderas y en este asunto, como en todos, solo se permite decir blanco o negro. Los partidarios de Carmena no reconocerán ni locos lo inoportuno de sus modernizaciones, pero sus detractores no hablaran ni en sueños de una “tradición” que la alcaldesa no ha respetado: Ha eliminado las tribunas VIP y ha destinado el espacio a crear sitios accesibles para discapacitados.



3 comentarios:

  1. COMO SIEMPRE, TOTALMENTE DE ACUERDO. NO SE COMO LO HACES PERO SIEMPRE (A MI PARECER) DAS EN EL CLAVO. SI, YA SE, ESTÁS EN "LA POMADA" Y TE DOCUMENTAS. UN SALUDO, MI JOVEN AMIGO

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    1. Jajaja, bueno, en lo que me toca de "La Pomada" intento estar lo menos posible. Me alegra que te guste. Un saludo

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    2. Pues que se pase la niña de Cayetana por la de Castillo para que vea a tres Magos cagándose en lo más barrido y jurando en arameno mientras arrean los camellos. Y lo niños sordos perdidos. Tonterías modernas.

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