viernes, 27 de noviembre de 2015

JOYAS Y POLLAS

Cada vez me apetece menos leer el periódico y, cuando lo hago, siempre es prensa nacional, pero creo que voy a cambiar de costumbre porque las delicias de la prensa regional de Cantabria me parecen cada día más tentadoras.
                La portada de “El Diario Montañés” de hoy venía ocupada casi por completo por la fotografía de un río de la región, con evidentes y perversas intenciones de desbordarse a más no poder. La cosa no es de extrañar si tenemos en cuenta que lleva toda la semana jarreando agua, pero los responsables del periódico han considerado oportuno ilustrarnos sobre el asunto con un impactante titular sobreimpreso: “LA LLUVIA AGRANDA LOS RÍOS”. En estos tiempos de desprecio generalizado por la cultura, es de admirar que un diario de provincias tenga la audacia de llevar a su portada una noticia de índole científica. La lluvia agranda los ríos, sí señor. No los empequeñece, no los deja igual que estaban: los agranda. La verdad está siempre en las cosas simples, y los redactores de “El Diario Montañés” lo saben y tienen el coraje de actuar en consecuencia.
                En las páginas interiores se puede leer otro titular mucho más inquietante:”LA REINA VICTORIA EUGENIA REVIVE HOY EN SANTANDER”. Más asustado que intrigado me he lanzado a leer con avidez y me he enterado de que no solo ha revivido hoy Victoria Eugenia, sino que lo ha hecho acompañada de un sepulturero medieval y de José María de Pereda, y que días antes les tocó resucitar a Isabel II, Marcelino Menéndez Pelayo y una pescadera llamada “La Paulita”. Ponerse a resucitar gente así, sin ton ni son, me parece de mal gusto y muy irresponsable. Que resucitasen Osiris y Jesucristo lo puedo entender, porque para eso habían nacido y tenían trabajo que hacer, pero ¿”La Paulita”? ¿La reina Victoria Eugenia? Está además esa anarquía de resucitaciones, juntando a Victoria Eugenia con José María de Pereda y un sepulturero, y a Isabel II con Menéndez Pelayo, sin sepulturero ni nada. En el primer caso tanto la reina como el novelista pueden hilar un poco la hebra con el sepulturero, dado que han estado los dos muertos, pero esa pobre Isabel II enfrentada con toda su carga de semianalfabeta al estudioso y erudito Menéndez Pelayo, con el solo auxilio de una pescadera ¿No es una crueldad?
                Yo creo que a Menéndez Pelayo y a Pereda no va a costar convencerles de que vuelvan a la sepultura, a la vista de cómo está en España el panorama intelectual y a “La Paulita” no me la imagino yo con ganas de pasarse la vida en “Mercasantander”, pero andar resucitando a la realeza es mucho más arriesgado (y le va a sentar como un tiro a Pablo Iglesias). Con lo bien enterraditas que estaban las dos en ese Panteón Real de El Escorial, tan rodeadas de oro, pórfidos y jaspes; con lo carísimo que es enterrar a una reina, con tanto ceremonial y tanto invitado ilustre y tanta Guardia Real desfilando todo el santo día.… ¿a ton de qué resucitarlas? Y juntas por añadidura. Se sabe que a Victoria Eugenia le apasionaban las joyas y a Isabel II las poyas ¿De qué hablaron, las mi pobres, en todo ese arrastrar de huesos mayestáticos desde el Escorial hasta Santander? De haber sido francesas siempre hubiesen tenido esas “bijoux de famille” a las que nuestros vecinos galos,  tan picarones ellos, dan un doble sentido tan sabrosón, pero no es el caso. Ahora, además, no van a querer volver a morirse, porque a la realeza siempre le ha chiflado que la resuciten pero, una vez resucitada, tiene un marcadísima tendencia impedir cualquier intento de desresucitación. Es preocupante.

                Con todo, hay que reconocerle al “Diario Montañés” su maestría a la hora de aunar lo racional con lo sobrenatural y quedarse tan pimpantes. Yo, desde luego, pienso leerles todos los días.

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