Cada
vez me apetece menos leer el periódico y, cuando lo hago, siempre es prensa
nacional, pero creo que voy a cambiar de costumbre porque las delicias de la
prensa regional de Cantabria me parecen cada día más tentadoras.
La portada de “El Diario
Montañés” de hoy venía ocupada casi por completo por la fotografía de un río de
la región, con evidentes y perversas intenciones de desbordarse a más no poder.
La cosa no es de extrañar si tenemos en cuenta que lleva toda la semana
jarreando agua, pero los responsables del periódico han considerado oportuno
ilustrarnos sobre el asunto con un impactante titular sobreimpreso: “LA LLUVIA
AGRANDA LOS RÍOS”. En estos tiempos de desprecio generalizado por la cultura,
es de admirar que un diario de provincias tenga la audacia de llevar a su
portada una noticia de índole científica. La lluvia agranda los ríos, sí señor.
No los empequeñece, no los deja igual que estaban: los agranda. La verdad está
siempre en las cosas simples, y los redactores de “El Diario Montañés” lo saben
y tienen el coraje de actuar en consecuencia.
En las páginas interiores se
puede leer otro titular mucho más inquietante:”LA REINA VICTORIA EUGENIA REVIVE
HOY EN SANTANDER”. Más asustado que intrigado me he lanzado a leer con avidez y
me he enterado de que no solo ha revivido hoy Victoria Eugenia, sino que lo ha
hecho acompañada de un sepulturero medieval y de José María de Pereda, y que
días antes les tocó resucitar a Isabel II, Marcelino Menéndez Pelayo y una
pescadera llamada “La Paulita”. Ponerse a resucitar gente así, sin ton ni son, me
parece de mal gusto y muy irresponsable. Que resucitasen Osiris y Jesucristo lo
puedo entender, porque para eso habían nacido y tenían trabajo que hacer, pero
¿”La Paulita”? ¿La reina Victoria Eugenia? Está además esa anarquía de
resucitaciones, juntando a Victoria Eugenia con José María de Pereda y un sepulturero,
y a Isabel II con Menéndez Pelayo, sin sepulturero ni nada. En el primer caso
tanto la reina como el novelista pueden hilar un poco la hebra con el
sepulturero, dado que han estado los dos muertos, pero esa pobre Isabel II
enfrentada con toda su carga de semianalfabeta al estudioso y erudito Menéndez
Pelayo, con el solo auxilio de una pescadera ¿No es una crueldad?
Yo creo que a Menéndez Pelayo y
a Pereda no va a costar convencerles de que vuelvan a la sepultura, a la vista de
cómo está en España el panorama intelectual y a “La Paulita” no me la imagino
yo con ganas de pasarse la vida en “Mercasantander”, pero andar resucitando a
la realeza es mucho más arriesgado (y le va a sentar como un tiro a Pablo
Iglesias). Con lo bien enterraditas que estaban las dos en ese Panteón Real de
El Escorial, tan rodeadas de oro, pórfidos y jaspes; con lo carísimo que es
enterrar a una reina, con tanto ceremonial y tanto invitado ilustre y tanta
Guardia Real desfilando todo el santo día.… ¿a ton de qué resucitarlas? Y
juntas por añadidura. Se sabe que a Victoria Eugenia le apasionaban las joyas y
a Isabel II las poyas ¿De qué hablaron, las mi pobres, en todo ese arrastrar de
huesos mayestáticos desde el Escorial hasta Santander? De haber sido francesas
siempre hubiesen tenido esas “bijoux de famille” a las que nuestros vecinos
galos, tan picarones ellos, dan un doble
sentido tan sabrosón, pero no es el caso. Ahora, además, no van a querer volver
a morirse, porque a la realeza siempre le ha chiflado que la resuciten pero, una
vez resucitada, tiene un marcadísima tendencia impedir cualquier intento de desresucitación. Es preocupante.
Con todo, hay que reconocerle al
“Diario Montañés” su maestría a la hora de aunar lo racional con lo
sobrenatural y quedarse tan pimpantes. Yo, desde luego, pienso leerles todos
los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario