viernes, 28 de abril de 2017

ELIAD COHEN GANADOR

            Definitivamente, el hábito no hace al monje. Nunca he sido muy aficionado a los llamados “reality shows”, la telerrealidad de andar por casa. Confieso, mea culpa, que durante muchos años he sido uno de esas personas “cultas y con sensibilidad” que miraba con desdén todo ese mundo, ese cajón de sastre, denominado “telebasura”. No voy a decir que ahora me haya vuelto un fanático del tema, pero si empiezo a ver ese aspecto sociológico cuya defensa tantas burlas le acarreó a Mercedes Milá en su momento. Independientemente de los componentes puntuales de cada formato (Gran Hermano, First Dates, Supervivientes etc.), y dando por supuesto el añadido de la, digamos, manipulación a favor del espectáculo y la audiencia, lo cierto es que estos programas me están sirviendo para ver, por ejemplo, como son y cómo se relacionan ahora los jóvenes, como se reacciona ante situaciones límite y, en definitiva, por donde va la sociedad de nuestros turbulentos tiempos. Naturalmente no me creo a pies juntillas todo lo que veo. Hay que tener en cuenta que en este tipo de programas los participantes tienden a actuar, a fingir, a dar espectáculo. Pero la verdad de cada uno de ellos, que es persistente, siempre acaba por aflorar quieran ellos o no quieran. En este sentido he visto como más de uno ha puesto empeño en hacer que “la gente me vea como soy de verdad” y ha tenido la mala suerte de que la gente, efectivamente, lo ha visto.


            Estos días estoy siguiendo “supervivientes 2017”. Yo soy homosexual y confieso (“Y confieso a mi manera”, grande Mari Trini) que el hecho de que uno de los participantes sea Eliad Cohen, icono gay por excelencia, ha tenido que ver mucho en el asunto. Eliad tiene esa imagen de macho duro y supermasculino que está tan de moda ahora. Su participación en el programa vino precedida por la polémica, absurda desde mi punto de vista, que provocaron unas declaraciones suyas en las que decía que su intención, entre otras, era “normalizar la imagen de los gais en televisión”. Rápidamente han surgido voces indignadas que se han referido a él aplicándole epítetos como “plumófobo”, “gayfobo” y algúnos otros curiosos neologismos que ahora no recuerdo. ¿Qué eso de “normalizar”? ¿Qué pasa, que para ser gay hay que tener pinta de macho? Cosas de ese tipo. Antes ver el programa, antes de conocer a Eliad en acción, ya me pareció una chorrada todo ese revuelo, pero ahora me lo parece mucho más.


            Si el aspecto físico de Eliad Cohen levantaba pasiones, su actitud, la delicadeza cuando habla, el cariño y la lealtad que demuestra hacia sus compañeros, lo buena persona que parece ser, en definitiva, enamora completamente. De momento no se le ha visto un mal gesto, ni una bronca, ni una actitud insolidaria. Por mucho que cueste creerlo, da la sensación de que Eliad ha ido a “Supervivientes” a tener una experiencia de convivencia y supervivencia, sin más. No quiero echar piedras sobre el tejado de los demás concursantes, aunque para ser sincero hay algunos que se merecerían un buen pedrisco, pero en mi opinión destaca mucho entre ellos. No se puede dudar que Eliad Cohen tiene la ventaja de no estar contaminado por su pasado, o el divorcio de sus padres, o el escándalo de su hermana, o su relación (o no) con “Las Campo’s Team”, pero yo creo que hay más. Creo que hay en él un hombre que se siente hombre, pero que deja fluir su parte femenina con toda naturalidad y, sobre todo, que sabe ser adulto sin dejar de ser niño. Un hombre cuyo hábito de supermacho no hace un monje machista. Ojalá todos los hombres, al margen de la orientación sexual, fuésemos un poco más Eliad.
            Creo que hacer de Eliad Cohen ganador de esta edición de "Supervivientes" sería más  que elegir entre un concursante u otro, sería premiar la convivencia sobre las broncas, la actitud sobre el escándalo y, en definitiva, ayudar a que los reality shows dejen de ser un depósito de escándalos "rosa" y sean lo que deben de ser. Sería afirmar que puede haber espectáculo sin hacer sangre.

             Ahora ya sabemos que Eliad tuvo que abandonar la isla pero, en cualquier caso, él sigue siendo mi ganador.