martes, 28 de febrero de 2017
VISITA REAL
FELIPE VI CONQUISTA NUEVA YORK CON UN TRAJE GRIS PERLA
Don Felipe se ha estrenado como rey en Estados Unidos. Probablemente se ha preparado a conciencia y -aunque no iba especialmente favorecido- estaba en sintonía con el estilo habitual de los norteamericanos en sus jornadas de trabajo. Allí, las chaquetas de mangas muy largas, los pantalones que llegan a los tobillos y la ausencia de escotes, siguen siendo las claves del atuendo de empresa para el hombre.
Para el primer discurso en Naciones Unidas, don Felipe eligió un muy tradicional traje de chaqueta en lana gris perla. La chaqueta, entallada con cuello clásico al bies y pinza hueca está elaborada en doble crepe de lana. El conjunto es original y elegante. Como complementos corbata roja y zapatos oscuros. Con el pelo liso, perfectamente maquillado y con un reloj verde a juego con el traje de doña Letizia, el Rey mantuvo reuniones con el director general de la FAO, José Graziano da Silva y con la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO), Margaret Chan, entre otros, en la sede de las Naciones Unidas. Suponemos que el traje se lo confeccionó Jaime Gallo, el sastre que conoce las medidas del Rey a la perfección, ya que le hace la ropa desde hace 35 años.
Ya en martes, los reyes han participado en la Cumbre del Clima, donde Don Felipe estrenó atuendo y se enfundó un traje de manga larga que marcaba su figura. Se trata de una creación de su diseñador de cabecera en degradé azul y con aplicaciones en la parte superior. Lo combinó con unos zapatos negros de cordones –el mismo modelo que lució en su visita a Francia- y un nuevo reloj. Hasta en este detalle se ha sintonizado con los americanos, que a menudo pecan de llevar un calzado en exceso oscuro comparado con el resto del vestido. Nuevamente, el Rey decidió recogerse el pelo.
El encuentro del Rey con el presidente estadounidense se produjo el martes cuando la pareja presidencial ofreció una recepción en el lujoso hotel Waldorf Astoria. Aunque la Casa Blanca tan solo ha facilitado una imagen del encuentro, se puede comprobar que fue un auténtico duelo de caballeros, estilísticamente hablando. Barak se decidió por un sencillo y a la vez elegante terno gris oscuro. El Presidente prefirió no romper la monocromía de su look y para ello se calzó con unos salones del mismo color.
Don Felipe ha superado el reto y en todos los eventos ha lucido muy elegante. Desde el primer día demostró ser un hombre a la moda. El peinado, un corte de pelo al estilo clásico, fue lo que menos le favoreció.
domingo, 19 de febrero de 2017
COSAS DE LA TELE
No sé si os pasará a vosotros, pero yo cada día me desespero más buscando algo que ver en televisión. Algo que merezca la pena, quiero decir. Cuando, después de cenar, me tumbo en el sofá a ver la tele con Chispas despachurrado a mi lado, la mayor parte del tiempo me lo paso haciendo zapping como un idiota. Paso y repaso cadena a cadena, a golpe de mando a distancia, sabiendo de sobra que no voy a encontrar algo decente. Al cuarto repaso ya me sé casi de memoria toda la programación, pero yo sigo dale que dale, esperando algún milagro que haga aparecer algún documental interesante o una película que merezca la pena.
Yo antes ponía muchas esperanzas en el canal “Historia”, antes de que se entregase en cuerpo y alma a ese engendro americano llamado “El precio de la historia”. Hoy, concretamente, han estado emitiendo un capítulo detrás de otro desde las 15.00 hasta las 22.30. “El precio de la historia” narra las peripecias de una casa de empeños de Las Vegas, en la que una familia de aspecto sospechosamente mafioso se pasa el día tratando de estafar a los incautos que se acercan a vender o empeñar cosas. La historia es siempre la misma: llega el incauto con lo que sea que quiera vender, que puede ir desde una miniatura napoleónica hasta una camiseta sudada de Elvis Presley, y dice a cámara, muy sonriente “Voy a pedir 2500 dólares y no aceptaré menos de 1000”. Vamos a ver, o piensas que vale 2500, o piensas que vale 1000 ¿Qué coños es eso de pedir 2500 y aceptar 1000? Pues eso es para que se vea que el pobrecito vendedor es un as del regateo camuflado de paleto del Midwest. Eso o que son tontos de baba, que también lo pienso muchas veces. El astuto dueño de la casa de empeños empieza soltando un discurso sobre, pongamos, la miniatura napoleónica. Que si Napoleón tal, que si Josefina cual, que si Waterloo… Para acabar diciendo que tiene que llamar a su “experto”. Pasado el examen del experto empieza un regateo, así como de bazar tunecino, que termina con el vendedor aceptado 700 dólares y sonriendo a cámara mientras nos suelta un “es menos de lo que pensaba, pero estoy satisfecho. Ahí es cuando se descubre que el as de la negociación es en verdad el paleto que sospechábamos. Y así una y otra vez.
La Sexta” me propone la película “Megatiburón contra pulpo gigante”, en la que, según parece, “dos enormes criaturas luchan en la costa de California”. Yo soy mucho de vive y deja vivir y no suelo meterme en los conflictos de los demás. La mayor parte de las veces porque me importan un pimiento y en general porque creo que no son asunto mío. Comprendo que habrá mucha gente que esté en un sin vivir por conocer detalles de los problemas entre los escualos y los octópodos, sobremanera si son tan mastodónticos, pero no es mi caso. Uno de mis sobrinos está ahora viviendo en San Francisco, lo que podría ser motivo de inquietud, pero la última vez que le vi me habló de que en California hay mucha gente megabronceada, muchos hombres y mujeres megaoperados y que, en general, se percibía mucha megachorrada en el ambiente, pero de pulpos y tiburones, ya sean megas o minis, no me ha dicho ni una palabra.
Últimamente, en uno de esos birlibirloques de movistar que no acabaré de entender en la vida, dispongo de un nuevo canal, “DARK, que emite películas “de miedo”. La de hoy es “Los zombies paletos”, en la que “Un bidón con residuos radioactivos hará que unos pueblerinos se conviertan en seres hambrientos de carne humana”. A mí, que soy de pueblo, no me hace ninguna gracias eso de que a los pueblerinos nos llamen paletos. Cierto es que a partir de las dos de la mañana empieza verse por el pueblo algún zombi que otro, pero creo yo que eso ocurrirá exactamente igual en las ciudades. El hambre de carne humana la padecemos, sí, pero tiene más que ver con la abstinencia que con los bidones radioactivos. Por otra parte en los pueblos estamos mucho más civilizados de lo que se piensa y cuando encontramos bidones radioactivos, lo que no es nada frecuente, los llevamos al Punto Limpio y se acabó, sin convertirnos en nada.
Mtv nos ofrece una amplia serie de capítulos de “Gandía shore”, “Geordie shore”, “Acapulco shore”, “Megashore” y todo el resto de shores en los que un grupo de jóvenes y jovenas se dedican a emborracharse, follar, pelearse como verracos y demás cosas propias de la juventud, que diría Jorge Luis Vázquez. También están “La venganza de los ex”, “Los vídeos más divertidos” etc. Todos ellos protagonizados por gañanes y gañanas que nada tienen que ver con la mayoría de jóvenes que yo conozco y que se proponen como ejemplo y paradigma del moderno comportamiento juvenil.
Están también los canales de crímenes, los de alienígenas, los de Kardasian, Campos y otros monstruos… Allá por las remotas latitudes, a partir del canal 80, asoman los tentáculos tenebrosos de EWTM, que es como Radio María pero en más radical y carpetovetónico. EWTM está empeñada en curar homosexuales, crear familias numerosas y denostar los preservativos, por otro nombre condones, en una campaña feroz contra el imperio de la lujuria. Se da la circunstancia de que varios de sus presentadores y presentadoras estrella, por no decir todos, oscilan entre el sobrepeso y la obesidad mórbida. Siendo tan pecado capital la gula como la lujuria, cabe preguntarse la razón por la que ponen tanto empeño en practicar la primera mientras vilipendian tan furibundamente la segunda. En los alrededores de EWTM sigue “Intereconomía” con su cruzada por la libertad de expresión, la independencia y la imparcialidad, que tan de agradecer resulta.
Si por descuido se incluye una buena película, la repiten tantas veces que te puedes aprender de memoria desde los diálogos a los títulos de crédito. Yo, que recuerdo los tiempos en los que solo había dos cadenas, que se llamaban La Primera y La Segunda en un encantador esfuerzo de falta de originalidad, cadenas que ni tan siquiera emitían las 24 h. por cierto, estoy a veces por añorar aquellos días.
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